Si hoy en día alguien viene a visitar los pueblos del municipio de Pinofranqueado, o por extensión de las Hurdes, no es descabellado que traiga en mente encontrar la "arquitectura negra", casas construidas con piedra de pizarra y tejados con lanchas de pizarra dando la impresión visual de ser unas "tortugas" mimetizada en el entorno. Estas casas se adaptaron al entorno en los materiales para construir, en sus pendientes y desniveles cosa que propició que fueran en formas circulares más que rectangulares.
Las características más destacables de estas construcciones son:
Con el tiempo estas casas de pizarra fueron creciendo en altura y en técnicas de construcción donde ya se incluyeron elementos de mayor calidad, las casas se fueron encalando y pintando parte de las fachadas con colores como el azul o verde.
Si bien este tipo de construcciones se conservan mejor en las Hurdes altas, en el municipio de Pinofranqueado todavía quedan zonas donde aún se preservan éstas y no han sido sustituidas por el ladrillo, muestra del progreso económico de la zona, y podemos encontrar vestigios en algunas de sus alquerías, estando más presente en Ovejuela, Castillo y Erías.
Para ampliar información sobre la arquitectura típica hurdana acceder a los siguientes temas específicos:
En los siguientes párrafos se reproduce unas líneas del contenido que podemos encontrar en el libro "El hogar jurdano" de José Polo Benito, ejemplar nº9 de 1911 y cuyo libro se puede consultar y leer en el siguiente enlace. Entre sus páginas podemos encontrar los siguiente párrafos descriptivos:
"He aquí el modelo general de la casa jurdana, presentado sin amontonar en el cuadro negrura de colores, ni frases de efectismo.
El principal y casi único elemento de construcción, es la pizarra mal laminada; un hombre de mediana estatura alcanza con su mano al alero del tejado, con lo que se verá que pocas casas exceden de metro y medio a dos de altura; la puerta de entrada, que de ordinario la forman unos tablones mal claveteados, es baja y estrecha. Alguna que otra casa ofrece a la vista una mezquina y rui ventanuca que sirve a la vez de chimenea. No es menos triste y miserable el aspecto interior. La cal, el yeso, y hasta el barro blanco, son materiales desusados; no pasan de media docena las habitaciones que estén lucidas como allí dicen.
Un medio tabique que no llega al techo, divide el hogar en dos o tres departamentos, cuando no son los bruscos altibajos del terreno las naturales divisiones del hogar.
En la dependencia más proxima a la puerta de entrada, bien atestada de helechos y jojarasca, primera matria del abono, alójanse la cabra, el asno y el cerdo. Desde aquel departamento se pasa a las habitaciones interiores, provistas también de helechos.
La cocina (de alguna manera hay que llamar a las cuatro piedras que sirven de fogón) se instala en un rincón cualquiera del departamento, que es a la vez comedor y dormitorio.
El natural desnivel en que están colocados los caseríos, es causa de..."